
Es una obra teatral intensa y poética que retrata la vida urbana desde la mirada de la juventud, entre recuerdos, marginalidad, violencia y esperanza. A través de una escenografía dinámica y un vestuario simbólico, los personajes recorren las calles de una ciudad que respira tanto nostalgia como crítica social. La música urbana, la utilería cotidiana y un lenguaje cargado de imágenes construyen una narrativa coral y fragmentada, donde el amor, el dolor y la rebeldía se entrelazan. El texto plantea preguntas profundas sobre identidad, pertenencia y sueños truncados, sin perder el humor y la ternura. Su estructura episódica refleja la caótica belleza de una ciudad que, pese a todo, sigue viva en la memoria colectiva.